Tinta/Plumín 20 X 30 cm. Sergio Astorga.

BIENVENIDOS

LA PANTALLA DEL ORDENADOR ES COMO EL INMENSO CIELO A LA ESPERA DE UNA AURORA BOREAL, ES COMO UN ARCO IRIS DE COLORES, COMO UN ECLIPSE O COMO UNA ESTRELLA FUGAZ. A FIN DE CUENTAS ES COMO UN ESPEJO DONDE TE REFLEJAS TÚ Y TUS PENSAMIENTOS. DE ESTA MANERA TE ELEVAS POR ENCIMA DE LOS MISMOS, DEJANDO DE SER PRISIONERO DE ELLOS LLEVÁNDOTE A POSEER UNA ACTITUD MÁS LIBRE CON RESPECTO A LOS DEMÁS, A TI MISMO Y A LA VIDA.

miércoles, 18 de agosto de 2010

TIERNA INOCENCIA

30 de noviembre de 2009




La llegada del otoño había empezado a dejar sus huellas por el entorno de las ruinas de la antigua fortaleza. El silencio y la soledad habitaban como dueños absolutos de tal imperio aislado. Los arboles, testigos de inmemorables gestas históricas, iban aligerando su espesura mientras un traje desnudo permitía adivinar sus ramas agrietadas por el paso del tiempo. Un manto ocre de hojas secas cubría la campiña de alrededor asemejándose a un puzle a medio construir. Algunas hojas estaban pegadas perfectamente por los bordes y otras, amontonadas en una esquina, acaso esperando la llegada del viento que, con una de sus bocanadas de aire, pudiera culminar el resto del trabajo de juntar todas las hojas. Completando todo el paisaje una pequeña charca y un inmenso cielo que con sus pinceladas azules parecían fusionarse en el horizonte en forma de una fina bruma.

La pequeña Sofía había oído a su familia que, como todos los años, la pareja de habitantes de la fortaleza estaban a punto de abandonarla. Durante el periodo de invierno acostumbraban a desplazarse a zonas más templadas. Eran seres que alegraban con su presencia, sobre todo al dirigirse a las proximidades del pueblo en busca de comida. Se trataba de la pareja de cigüeñas que todos los años anidaba en la almena de las viejas ruinas. A Sofía le resultaban unos seres peculiares. Muchas veces se había dirigido con sus padres hacia la fortaleza y desde abajo les había divisado erguidas en una de las almenas, vestigios de otra época. Su majestuosidad iba acorde con el lugar regio que habían elegido para pasar la época del estío. La única cría que había nacido volaba ya ágilmente, condición necesaria para poder desplazarse a tierras más cálidas con sus progenitores.

Este año Sofía tenía un interés especial por acudir a despedirse de las cigüeñas. Tenía que hacerles una petición para cuando retornasen la próxima primavera. Tras convencer a sus padres, esa tarde se encaminaron hacia aquella edificación semiderruida. La pequeña iba bien abrigada. Ese día no había salido el sol, se adivinaba ya la próxima llegada de la época otoñal. De la mano de la niña, la correa de su fiel mascota, y en su mente una frase inequívoca. En ella, con pocas palabras, el más anhelado de sus deseos, el más deseado de sus sueños.
Cuando llegaron, se situó frente a la fortaleza por el lado dónde mejor se veía el enorme nido que habían construido las dos enormes cigüeñas. Mirando hacia arriba, para comprobar que estaban incorporadas, observó sus picos lanzados al viento y con intención de que le oyesen, con toda su inocencia grito:
-¡En el próximo viaje traedme un hermanito!
Volviéndose a sus padres, en cuyas caras se percibía que todavía no habían salido del asombro añadió:
-Ya está. Podemos volver a casa. Ya les he pedido lo que quería.

Alicia: De la mano de Javier Ribas, de la Asociación de Escritores en Red, he tenido la oportunidad de hacer un cuento usando como base la foto de la pequeña Sofía.
Tenéis a la vista el resultado y os comento que la experiencia ha sido enriquecedora pues siempre es interesante ver los distintos resultados partiendo de un material inicial común. En este caso la idea de la foto ha sido distinta, divertida, tierna y muy sugerente para dejarse llevar.
Si os interesa ver los trabajos que han hecho otros compañeros, os adjunto las direcciones de los que los han publicado en sus blogs.

http://francovaleriano.blogspot.com/2009/11/nina-sorprendida-mirando-su-castillo.html

http://manuelmartinez-carrasco.blogspot.com/2009/11/el-cuento-de-mar-gracias-javier-ribas.html
(No dejar de insertar esta dirección para leerlo, es el que más me gustado a mí y no sé por qué razón no me deja acceder tecleando)

http://santiagosolanogrande.blogspot.com/2009/11/primer-recuerdo.html
M.Carmen: Estoy disfrutando con todas las historias que le ocurren a Mar...fascinante como de una misma fotografía pueden surgir distintos relatos dependiendo de la personalidad de cada autor.
Añado otra dirección de Escritores en Red. Rosa Jimena en su blog ha escrito otro deliciosos cuento sobre Mar.
http://rosajimena.blogspot.com/
Alicia, precioso cuento con un final sorprendente, como te gustan a ti. Espero que Mar consiga su deseo, yo he disfrutado mientras lo pedía. Un beso.
Alicia: Mari Carmen, la niña se llama Sofía. Es la hija de Mar.
Sé, por nuestra buena maestra Maribel, que en los cuentos no se guarda la sorpresa para el final. Así que he adelantado la información de que se trataba de cigueñas más de lo que había pensado inicialmente. Espero que cuando pase Maribel se de cuenta de que en eso, al menos, ya he progresado.Un abrazo.Gracias
Emilio Porta : Comentario Tierno y bonito Alicia...a mi también me hubiera gustado que el hecho de que los habitantes eran dos cigüeñas se hubiera descubierto más tarde...pera está bien así...es curioso el mito de la cigüeña...nos ha acompañado a varias generaciones y a estas alturas pocos saben cual es su origien...yo, al menos, no lo sé. Un abrazo.
Alicia: Gracias Emilio. He contado con algo de ayuda por parte de Javier.
Con respecto a lo de las cigueñas, hay varias teorías sobre su origen y todas con su encanto.
Una puede ser esta:
"Se dice que es una fábula que procede de Europa central inspirada en el afán que pone la cigüeña en cuidar a sus crías. Parece que esta grácil ave se desvive por su familia, es monógama y prepara el nido durante años con gran dedicación. Vamos, un ejemplo de madre.
El amor maternal de estas aves ya impresionaba a los romanos, que las consideraban pájaros sagrados. A su cuidado estaban la protección de la mujer, el matrimonio, el alumbramiento y los recién nacidos.
¿Y por qué de París? La leyenda se extendió gracias a una pareja de cigüeñas que anidaba en el techo de una casa que, en vez de emigrar a África, como todas, lo hacían a una región cercana a París. El día que las cigüeñas volvieron, la joven pareja que vivía en esa casa tuvo un bebé y se transmitió la noticia de que lo habían traído las cigüeñas desde París colgando del pico"
Un abrazo

No hay comentarios:

Publicar un comentario