Tinta/Plumín 20 X 30 cm. Sergio Astorga.

BIENVENIDOS

LA PANTALLA DEL ORDENADOR ES COMO EL INMENSO CIELO A LA ESPERA DE UNA AURORA BOREAL, ES COMO UN ARCO IRIS DE COLORES, COMO UN ECLIPSE O COMO UNA ESTRELLA FUGAZ. A FIN DE CUENTAS ES COMO UN ESPEJO DONDE TE REFLEJAS TÚ Y TUS PENSAMIENTOS. DE ESTA MANERA TE ELEVAS POR ENCIMA DE LOS MISMOS, DEJANDO DE SER PRISIONERO DE ELLOS LLEVÁNDOTE A POSEER UNA ACTITUD MÁS LIBRE CON RESPECTO A LOS DEMÁS, A TI MISMO Y A LA VIDA.

domingo, 13 de junio de 2010

¿DORMIMOS O ...?

25 DE MAYO DE 2009


La noche en la academia militar. Unos trescientos reclutas desde las once dispuestos a dormir. Estaban en periodo de instrucción para pasar a formar parte del ejército profesional de su país. Los motivos que les habían llevado a este lugar eran tan diversos como la flora del lugar paradisiaco donde se encontraba situado el cuartel. Unos porque debido a la crisis no veían mejor salida laboral y simplemente lo veían como un trabajo más, otros por su capacidad de servicio bien a la patria o a la comunidad, otros por ser aventureros y vivir experiencias diferentes, algunos por verlo como una alternativa para obtener una capacitación profesional, pocos por curiosidad,……. y los menos por ser afines a algún grupo de la ultraderecha o neonazi. De ellos quince eran chicas. Y todos con una personalidad bien arraigada y seguros de la decisión tomada. Les había de todas las comunidades del país y también algún inmigrante dispuesto a integrarse mediante esta vía.
No se había cumplido aún el primer mes de los tres que les quedaban por delante, para posteriormente firmar contrato por dos años e incorporarse al destino que habían elegido, dependiendo de la puntuación obtenida. Sabían ya de la disciplina y de la rigidez de las normas, sin hasta ese momento haber sufrido ninguna situación que se pudiera catalogar como injusta o de abuso de poder. Simplemente para algún recluta menos disciplinado medidas ejemplarizantes.

Era sobre la una de la madrugada cuando en la nave superior del cuartel, de las dos dedicadas a zona de descanso, un grupo de reclutas que habían llegado algo “perjudicados” de la feria que había en la capital próxima, prepararon una pequeña algarabía que fue creciendo en tono y malas formas y además que no cesó a pesar del requerimiento de los compañeros medio adormecidos. Los mandos se percataron del incidente.

-¡Inmediatamente todos según estáis a formar en el patio en dos minutos!
Unos con el pijama verde más bien ajustado y otros con el bóxer de licra, también verde y ajustado, se asemejaban a las piezas estáticas de un tablero de ajedrez dispuestas a ser movidas por el sargento y el teniente del batallón. Era una noche fresca y los soldados tenían que hacer esfuerzos primero por contener la risa y luego por aguantar el frio sin tiritar para no dar la impresión de romper la formación. Así pasaron uno veinte minutos.

-¡Rompan filas, tenéis tres minutos para volver a formar vestidos con la ropa de deporte¡
Todos los soldados a tropel, los que dormían en bóxer más rápidamente, los otros con apuros para en ese tiempo quitarse el pijama pero en el tiempo marcado estaban todos en formación con el pantalón corto azul oscuro, la camiseta azul clara y la correspondiente sudadera cerrada y con cuello de pico. Todas las prendas bien ribeteadas con los colores de la bandera del país. Sin olvidar los calcetines blancos y las playeras. Todo un record. Así estuvieron en formación en el patio sobre un cuarto de hora. Con las prisas, habían entrado en calor, calor que iban perdiendo con la inmovilidad.

-¡Rompan filas, tenéis tres minutos para volver a formar vestidos con la ropa de camuflaje¡
De nuevo a la velocidad de un rayo intentando no entorpecerse se dirigieron a las taquillas sabiendo que este traje tenía la dificultad añadida de los botones del pantalón y de la camisa, el cinto, las botas con los cordones, la placa de identificación, y la gorra. La descarga de adrenalina iba surtiendo efecto y en el tiempo marcado todos en el patio bien formados y con el rostro altivo como marcaba la norma. Mejor abrigados pasaron en formación media hora. Los mandos mientras tanto contralando en silencio que se mantuviera la formación.

-¡Rompan filas , tenéis tres minutos para volver a formar en albornoz y chancletas!
De nuevo a gran velocidad, con miradas cómplices y sin un gesto ni palabra para no empeorar la situación, con la misma dificultad se quitaron la ropa. Ya con el albornoz verde y las chancletas aparecían formados a modo de altos setos en un gran campo. En esta tesitura ya no eran capaces de contabilizar el periodo de tiempo que pasaron.

-¡Rompan filas, tenéis tres minutos para volver a formar vestidos con el traje de combate¡
Repitiéndose el proceso volvieron con el buzo verde de cremallera y el correspondiente casco. Presentían que el final estaba próximo pero mientras mantenían la formación intentaban adivinarlo.

-¡Rompan filas, tenéis tres minutos para volver a formar vestidos con el chándal¡
A pesar de lo avanzada que estaba la noche e ignorando el cansancio, sabiendo que todo podía ser susceptible de empeorar, de nuevo repitieron el cambio de ropa sin rechistar.

Por lo menos llevaban tres horas con el sorprendente protocolo.Ya en formación el sargento cambió el discurso:
-Aquí por las noches se duerme o se juega al camaleón.
¡Rompan filas y en lo sucesivo ustedes decidan!


Aster: Ingenioso, Alicia.
A punto estoy de contarte mi mili.Un abrazo.

Alicia: Real, Aster, tan real como lo es la persona que me lo ha contado. Sólo he tenido que darle forma.
Si contando algún capítulo de tu mili te vuelven las "musas" a visitar pues aquí estamos para leer.
La mili es un tema que puede dar mucho de sí. Hoy con la profesionalización del ejercito es una experiencia relegada a unos pocos y yo he dado con uno para poder contar esta experiencia.
Besarkadatxu bat.

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