Había hecho demasiadas veces el payaso por volver a confiar en su marido, infiel por naturaleza. Acabado el contencioso por un divorcio no amistoso, se mudaba a un apartamento más adecuado a su nueva situación.
Sucedió el día que llegó la empresa que se iba a encargar de ayudarle a hacer la mudanza. Mientras los operarios hacían su trabajo ella se dirigió a una terraza de verano, pidió un refresco de limón y empezó a escribir la carta.
“Es la última vez que pienso comunicarme contigo pero antes de empezar mí nueva vida hay algo que tienes que saber.…” Introdujo la carta en el sobre, suavemente mojó el borde del mismo para cerrarlo. Posteriormente nombre, dirección, código postal y la llevó al correo. Al tercer día el ex marido leía: “.... la semana que viene será la licenciatura de nuestra hija Laura, acudiré con su padre, Pablo, tu mejor amigo”
Alicia: Las palabras obligatorias en esta ocasión fueron:
Limón, Payaso, Código, Mudanza, Contencioso.
Mari Carmen ¿Has comprobado que micros tan diferentes han resultado?
M.Carmen: Mismas palabras distintos relatos. Eso demuestra la diferencia de caracteres, educación, evolución...que tenemos cada persona. Eso es lo que nos enriquece...la diversidad. Un beso.
Aster: Está claro que condicionar los relatos con determinadas palabras aviva la imaginación y despierta a las musas.
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