5 de enero de 2010
Santiago, ya te dije un día que me parecías un hueso muy duro de roer pero que yo tampoco te pondría las cosas nada fáciles. No lo hice en tu territorio y eso me costó en su momento algún gesto, digamos extraño, por parte de alguno de tus compañeros. También tuve que sufrir que tú directamente me aplicases la "censura" en dos ocasiones con la desaparición de mis comentarios… aunque dicho en tu favor, ya has restituido uno de ellos...
Cómo sabes que yo tampoco doy puntada sin hilo y como pudiera darse el caso que al final nos una más que lo que nos separa voy a recibirte deseándote que tu andadura entre nosotros te ayude a descubrir la belleza interior de todos los componentes del foro. Acaso en este entorno de tanta claridad consigamos descubrir al Santiago que muchos ven y que a mí me ha costado tanto empezar a adivinar. Aunque no sé, no sé...espero que tu relato de LA ISLA INVISIBLE del que hablas esté realizado por el Santiago tierno, sentimental y sensible, ese al que entiendo.
He tenido que salir a por un regalo de Reyes de emergencia, igual no es tan acertado como los otros, por que no te adivino todavía muy bien, pero lo he pedido a sus Majestades Reales con la misma ilusión que los otros.
viernes, 20 de agosto de 2010
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