domingo, 3 de julio de 2011
SOMBRA
Tras recomponer el puzle de su vida, por medio de las imágenes que en algún tiempo quedaron impresas en su retina, un cúmulo de sensaciones y emociones le llegaron al corazón cual saeta crepitante y veloz. En aquellos tiempos todo era estío. El devenir de solsticios siempre trajo aridez al campo y fertilidad a su imaginación. Con la placidez del descanso del guerrero, sonríe mientras Elena se acerca. Sintiendo su arrullo, imprime en su corazón la última foto del día.
En el otoño de la vida, el amor crece como la sombra de una casa en la alborada.
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