La vida acaso sea buscar caminos. Unos son firmes por estar bien construidos y podemos caminar a través de los mismos con la seguridad que nos da la mano de un amigo. Otros son endebles. Ante estos tenemos dos opciones, comprometernos y reconstruirlos o intentar pasar por ellos de puntillas, si se diera el caso de que no queremos parar por largo tiempo en ellos. En estos, a veces también nos toca saltar algún que otro obstáculo. Por último, están esos que cada uno va construyendo. Unas veces, en la necesaria soledad y otras, en buena compañía.
En sintonía con lo anterior, la Literatura bien pudiera ser parte
de ese camino firme que algunas personas van construyendo para ir dejando en el
mismo la huella de lo pensado, sentido y vivido. Con dicho gesto, otras
personas al cruzarlo podremos disfrutar de lo que allí quedé registrado.