Siempre he pensado que vivir con dignidad es tratar siempre a los demás, en toda acción e intención, en todo fin y en todo medio, como nos gustaría o esperamos que nos traten a nosotros mismos.
La dignidad es un reto a conquistar diariamente en cada paso que damos. Es camino, en el que a veces se tropieza, donde acaso lo importante sea no olvidar en ningún momento el rumbo. Si somos muchos los que vamos por el mismo será más difícil que nos despistemos.
viernes, 23 de septiembre de 2011
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